LA JUSTICIA Y LO JUSTO

“Es fácil hacer justicia, difícil hacer lo justo” Sir Robert Morton (El Caso Winslow)

La otra noche, en no sé que cadena, a unas horas que los madrugadores ya no deberíamos estar despiertos, pusieron la película “El Caso Winslow”(1999). Fue mi hermano el causante de que yo la descubriera y que, desde entonces, se haya convertido en  una de esas películas de referencia que no me canso de ver y de analizar; en la que siempre descubro matices y detalles nuevos que me habían pasado desapercibidos, porque la película es un puro detalle. Es una película a “re-ver” y “re-disfrutar». Excelente.

Su argumento quizás la hubiera hecho pasar inadvertida. Podría haber sido una de esas historias inglesas de época, simples y aburridas que no dicen nada, que las hay, aunque ya conocéis mi admiración por Jane Austen y las series y películas inglesas. Son detallistas, y ese rigor, esa minuciosidad  y esa forma de contar historias, me fascinan.

La película cuenta una historia sencilla, hasta casi anodina: A principios del siglo XX, 1912, un niño es acusado de robar un giro postal perteneciente a un compañero. Su padre lo considera un asunto de honor y decide llevarlo a juicio hasta sus últimas consecuencias.  ¿Verdad que así no dice nada? Pues dice, y mucho.

La familia Winslow es una familia feliz: Arthur y Grace son un matrimonio ya mayor, muy unido; Dickie es universitario, no muy brillante pero buena persona; Catherine, la hija es inteligente, «fuma» y es defensora del voto para la mujer, acaba de prometerse, y Ronnie es un crío que se prepara para ingresar en la Marina. Pero Ronnie es expulsado del colegio naval, le acusan de robar un giro postal de 5 chelines. Persuadido de la inocencia de su hijo, Arthur se empeña en un proceso judicial; su único propósito, «que se haga justicia». La familia que intenta probar su inocencia, empieza a tener miedos y dudas sobre el caso y su futuro. Pero cuando la familia se une para enfrentarse a la crisis, se toma una decisión histórica para resolverlo, y llegado el momento del juicio, un brillante abogado, Sir Robert Morton, saca a la luz toda una serie de sucesos encadenados que van a hacer del caso un acontecimiento nacional.

Como dicen algunas críticas “Es en los personajes donde reside el atractivo de la película: un padre obsesionado por la afrenta al honor de la familia; su hija, una mujer adelantada a su tiempo; un abogado aparentemente engreído y prepotente; y unos cuantos secundarios igualmente interesantes.  La película se compone de retratos de la época, diálogos ágiles, escenas típicamente domésticas, y un romance exquisitamente sutil.” Con un final perfecto, añado yo, que es, en mi opinión, la mejor escena de la película. Sin olvidar que David Manet, ganador del Pulitzer, es quien presenta este drama. Excelentes interpretaciones, la fotografía, la ambientación y el guión, bien desarrollado, hacen que el tiempo transcurra sin sentir, sin aburrir en ningún momento, con una agilidad remarcable, y con una de las mejores frases finales que he escuchado y que ponen un dorado punto final a la historia… Una de esas obras “redondas” que desgraciadamente son minoría.

El engreído abogado, Sir Robert Morton – impecablemente interpretado por Jeremy Northam – en el diálogo de la escena final de la película , cuando ha decidido salir por la puerta de atrás para evitar el acoso de la prensa, le dice a Catherine la frase que inicia este comentario: “ Es fácil hacer justicia, difícil hacer lo justo”… Esta frase es uno de esos detalles que se van descubriendo cuando se “re-ve” la película.

Me hizo pensar, y al día siguiente lo puse en Twitter para recomendar la película. Dio lugar a que alguien me preguntara sobre el sentido de la frase; es en estos casos en los que  los 140 caracteres de la red se quedan cortos. Mi única respuesta fue aconsejarle que viese la película y que seguro la entendería.

No me podía imaginar que  a los pocos días, una acción judicial -como poco sorprendente e inesperada – iba a clarificar la frase de marras: El Auto del juez Gómez Bermúdez- un juez con una dilatada experiencia en materia antiterrorista-,   por el que dejaba en libertad bajo fianza- una irrisoria fianza de 10.000€ – a dos de los tres terroristas del GRAPO, secuestradores de Publio Cordón, detenidos el pasado día 19 de julio, tras 17 años de incertidumbre para la familia, y gracias al buen hacer de la Guardia Civil.

No soy abogada y vaya por delante mi respeto hacia la Justicia y los que la imparten, pero éste es uno de esos casos en los que “hacer  Justicia no es hacer lo justo”. Por encima de las leyes que desconozco, está el sentido de lo justo y lo injusto ¿Como categoría ético-moral?  pues, sí ¿Por qué no?

La raíz latina de las palabras Derecho y Justicia es la misma “ius”. La Justicia tiene dos definiciones, Justicia como conjunto de órganos que constituyen el poder jurisdiccional del Estado y cuya función consiste en aplicar las normas del derecho, ya sea para aclarar, ya para proteger los derechos subjetivos, ya para sancionar la violación de esas normas; y en su segunda acepción, Justicia como virtud moral que supone hacer lo que es correcto.

No dudo de la Ley, sí de su administración. Este polémico Juez, creo que ha hecho un flaco servicio a la familia Cordón, a la que según las palabras de la hija «ha devuelto a la pesadilla»; al trabajo minucioso, silencioso, constante y efectivo que durante 17 años ha llevado a cabo la Guardia Civil;  a la credibilidad de la Justicia- ya de por sí cuestionada –  y a la democracia; en un momento en que muchas personas se preguntan- y obtienen pocas respuestas positivas- sobre los tres poderes que conforman el Estado, su independencia, sus privilegios, sus castas…

La pesadilla continúa, pues, para la familia Cordón, que durante estos años- ahí están las hemerotecas- y por boca de casi todos los responsables políticos, Belloch, Margarita Robles, etc… ha tenido que escuchar despropósitos e hipótesis descalificadoras, casi siempre, sobre la figura del sr. Cordón, que SÍ fue secuestrado por los GRAPO y  al que los terroristas dejaron morir sin auxilio…

Por eso, sólo por eso, este Juez carismático, este juez «estrella», este peculiar juez, debería haber aplicado la Ley y la justicia también en su segunda acepción. Pero no, con sus prisas y su juicio de los hechos, ha tirado por tierra los 17 años (6.236 días, uno detrás de otro) de duro camino y de mucho trabajo, hasta conocer la verdad de lo sucedido y puede, además con su aplicación de la Justicia, posibilitar la fuga y la destrucción de pruebas… Espero que esos negros pronósticos no se cumplan por el bien de la familia… El juez, si sucediese, se llamaría a andana  legal, por supuesto.

Como simple ciudadana no entiendo  a qué corresponde la actuación del juez, cómo ha podido hacer esa interpretación de la Ley una vez leído el contradictorio Auto, instalado en el «considerando, pero….» Si una fianza supone presunción de delito, si dos de los tres inculpados se niegan a declarar, si no colaboran con la Institución judicial en la reconstrucción del secuestro, si se niegan a aportar la  información precisa para poder recuperar el cuerpo del Empresario, si…, si… ¿Debería ser esa la aplicación de la Ley y la sentencia? para mi, No. ¿Será otro caso más de «Hispana Lex», que dice Pérez Reverte?

Quizás se haya hecho Justicia, no lo sé, pero no se ha hecho lo justo.

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2 respuestas a LA JUSTICIA Y LO JUSTO

  1. Esta vez has escogido un asunto peliagudo y sobre el que han corrido ríos de tinta; y mucha de ella de gran calidad, como la tuya. La historia del mundo está llena de iniquidades realizadas so capa de la justicia humana y, lo que es peor, a veces divina. ¡Ojalá tus esfuerzos valgan para remover alguna conciencia!.

    • Querido Joaquín, de mi elegido letargo sólo me hacen salir asuntos que me llegan dentro, como siempre. Sé que es peliagudo, sé que han corrido ríos de tinta, sé que…, sé que… » Es fácil hacer Justicia, arduo , difícil ser justo», y los profesionales de «la cosa» deberían estar obligados a conjugar las dos cosas la Justicia y lo justo , porque ¿ Una Justicia que no es justa es realmente Justicia? Es una pregunta puramente retórica, no te sientas en la obligación de contestar.
      No está entre mis pretensiones remover ninguna conciencia, por Dios Joaquín, con que las injusticias sigan removiendo la mía y empujándome a reaccionar y a actuar, me conformo.
      Un fuerte abrazo.

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